domingo, 31 de julio de 2011

2.

Creo que uno sabe perfectamente el momento en el que se enamora. Y lo de que las mariposas te revolotean en el estómago dejémoslo para las chicas, yo lo primero que sentí fue la necesidad de pasar el resto de mis días con ella. Porque las horas en que no estaba frente a mí, el mundo se me caía roto en pedazos. Y apartar la mirada de su sonrisa era un reto casi imposible, mientras me contaba mil historias, sonreía y se acariciaba el pelo, rizándose más aún ese tirabuzón que se le formaba siempre en el lado derecho de la cabeza. Recuerdo cómo miraba al suelo, sonreía y levantaba la mirada dirigiéndose a mí, mientras se mordía el labio inferior. Recuerdo sus manías, su necesidad desesperante de tener todas las puertas cerradas y ventanas abiertas de par en par. Su obsesión por que nadie se sentase en la cama removiendo las plumas de su nórdico y su afición de quedarse en casa, tumbadita en el sofá con la manta, viendo una película con su taza de chocolate caliente. Y conmigo.

Pero esta historia, no es precisamente de amor, sino todo lo contrario. Me llamo Álvaro Preciado, y estoy muerto. Bueno, realmente, no sé si estoy muerto del todo. Puede que esté a un paso entre la vida y la muerte, y sólo ella ha sido la única razón que me ha permitido mantenerme así, sin morirme del todo. Lo mejor de estar aquí arriba es poder seguir viéndola todos los días, observar sus movimientos, y, que al fin y al cabo, pensó en mí. Lo peor, es que no sepa que yo estoy siempre a su lado, que nadie lo sepa. Y sobre todo, que tarde o temprano, tu ausencia en la tierra pasa a ser algo habitual, y todo el mundo te olvida.

La esperanza con la que paso mis días, es volver a tocarla en algún momento. Aunque ya lo he hecho, sin que lo sepa. Y decirle todo lo que debería haberle dicho antes de desaparecer. Aunque ya lo he hecho, sin que me escuche. Y preguntarle qué es lo que somos ahora, si aún somos algo. Aunque, también lo he hecho, sin recibir una respuesta.

Porque fuera lo que fuésemos, yo, estuve enamorado de ella.

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